El «JATO MAÚLLA»: Necesitamos «Campeones» en nuestra «Vida»

cartel vidaEl Jato maúlla y lo hace en la noche…

Hoy es uno de esos días que invitan al recuerdo, a esas frías y lluviosas tardes de Lugo en las que como mucho podías ir a la «Madarro» para tomar unas ricas cañas de hojaldre, rellenas de fría crema, que contrastaba con en el caliente y casero chocolate, que magistralmente preparan desde hace muchos años. El frío y la lluvia, como os podéis imaginar, invitaban a muy pocas cosas ya que era un engorro pasear por las calles sin evitar calarte de los pies a la cabeza, así que lo que solía hacer era pasar multitud de tardes en el cine, donde a parte de no pasar frío te sumergías en infinidad de escenarios y de historias. Pocas cosas, por tanto, te llenaban más que ir al majestuoso Gran Teatro, sentarte en sus señoriales butacas rojas, y creerte la protagonista, de las hoy legendarias películas. Es cierto que mi primer contacto con el mundo del séptimo arte no fue muy acertado; por desgracia, y con tan solo cinco años, me llevaron a ver “Tiburón”, quiero creer que desconocían el alcance del guion de la célebre criatura de Spielberg. Lo cierto es que tanta dentadura y música penetrante perduró en mi cabeza durante meses por lo que al irme a la cama, agarrada a mi viejo perrito de peluche, “Buggi”, pensaba que aquel escualo infernal, con principio y no fin, rondaba por los alrededores de mi cama esperando a que la pequeña e inocente mano de mi propiedad saliese de debajo de las sábanas para apagar la lamparilla, que desafortunadamente, por cabecera tenía. Hoy no soy capaz de bañarme en el mar si no noto que los dedillos de mis pies tocan la arena. Subsanar aquello no era nada difícil teniendo en cuenta el tema del pececillo y su sanguinaria obsesión por matar, así que el segundo intento fue mucho más afortunado, y creedme, que a partir de ahí me enamoré de la gran pantalla: “El Cid”. Bueno, sería más correcta si digo que me enamoré de un jovencísimo Charlton Heston y del rezume a un aroma que no percibía, pero me traspasaba…al hombre que desprendía un personaje de leyenda e historia, y como no, de él. Envidiaba cada segundo que pasaba la gran Sofía Loren a su lado. Aún no era consciente de la magia y el poder que ejercía en mi el arte que me ha encandilado y acompañado a lo largo de toda mi vida. Las tardes de Lugo, sentada en aquellas viejas butacas, con las palomitas y el tan escaso y caro refresco que procedía del país del «sueño», se desplazaron a las tardes de Madrid en las que sigo soñando y me hacen soñar, sin importar la edad y el tiempo que haga en el exterior.

Pues bien, no quiero parecer a la “chica de oro” que con tanto cariño recuerdo, pero me remonto al año 2015, en concreto, a diciembre. Por aquel entonces gélido mes un joven director de cine, al que había entrevistado en el “Boas Tardes” (programa de actualidad de TVG), hacía escasos meses, me llamaba para hacerme partícipe de una de las experiencias más gratificantes de mi vida. Por fin, iba a verme en un escenario interpretando. Por fin, esa interpretación llegaba de la mano de un hombre, Rubén Riós que creía en su proyecto, y que según él, dado el interés que yo mostraba por su obra, su corto “Vida”, era la perfecta para subirme a un escenario y a modo de monólogo describir con palabras una obra magistral que hacía que los discapacitados creyesen en ellos y en su fuerza interior. Así que ,a ese proyecto se unieron actores de la valía de Javier Gutiérrez, María Mera, Estívaliz Veiga, Mariana Carballal, Cristina Castaño, Luis Iglesia…

Pero, os preguntaréis: ¿qué tenía de especial ese Corto? ¿Por qué aceptar ese reto? ¿Por qué él veía en mi capacidad para interpretar? Él hizo que un sueño, el de los protagonistas y el mío se hiciese realidad: ¡Un imposible!, -pensarán muchos-. Pero cuando después de mucho tiempo vea la luz os daréis cuenta de la semilla que plantó.

El tiempo me ha dado la razón y ahora escribo estas líneas emocionada porque “Campeones”, protagonizada por Javier Gutiérrez ha sabido plasmar en la gran pantalla el germen plantado por “Vida”, la «vida» que yo viví sobre aquel escenario de Ourense el 25 de febrero de 2016. Me imagino que a este gran actor dicha experiencia, entre otras (porque sé que es un actor comprometido con la discapacidad), le valió para luchar por lo que es necesario luchar: la valía de cada ser humano y la capacidad de superación, sea cual sea la capacidad y el sexo del hombre.

Así que, a ambos equipos, al de “Vida” y al de “Campeones” con Rubén Riós y Javier Fesser a la cabeza, les doy la enhorabuena. Es un orgullo que profesionales de esa gran valía se comprometan en algo que va más allá de un simple guión; que va a convertir la interpretación de gente discapacitada en un trabajo admirable y encomiable. Enhorabuena por hacer que los sueños, una vez más, se conviertan en realidad.

Os dejo el tráiler de “Vida”, en el que participé presentándolo sobre un escenario acompañada al piano por el gran cantautor Fredi Leis, y su documental: «Máis ca vida» ya que el de Campeones lo veis continuamente en la televisión, y  por cierto, el Corto»Vida» será, por fin, presentado en breve!.

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